Venus es sólo una bebé y representa la peor cara del abandono y la indiferencia. Atropellada y dejada a su suerte en una cuneta día trás día, sin que nadie pare a ver si sigue viva hasta que finalmente alguién con compasión nos dió el aviso. No tenemos palabras para describir el estado en que la encontramos: patas traseras rotas, heridas abiertas de hace días, desnutrición, infección en los ojos... 

Nuestra Venus ha tenido un largo camino hasta recuperarse: 2 meses hospitalizada, operaciones y curas. Todo ha valido la pena, porque es un amor de perrita que se lleva bien con otros perros y le encanta jugar en el parque y dar paseos. Queremos una familia que la cuide y la quiera, con todo lo que ha pasado se merece la oportunidad de tener una nueva vida.

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