Este es COQUITO un perro de agua jóven que fue entregado al refugio por su familia. Ya no podían –o no querían– hacerse cargo de él. Hasta hace poco, dormía en una casa, jugaba con niños y vivía rodeado de cariño. Hoy, mira tras las rejas con ojos tristes, preguntándose qué hizo mal, él no entiende por qué ya no lo quieren... 

Pero no hizo nada mal. Porque él es bueno, noble, obediente y cariñoso. Se lleva genial con niños y solo quiere una cosa: volver a sentir el calor de un hogar y el amor de una familia que lo quiera para siempre, no solo por un rato.

Es joven, tiene toda la vida por delante y un corazón lleno de amor por dar. No dejemos que se apague detrás de un chenil.

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