Mara es una mamá como pocas. A pesar del abandono, del miedo y del hambre, nunca dejó de cuidar a sus cachorros. Los protegió como pudo, los alimentó con lo poco que tenía y los mantuvo a salvo hasta que fueron rescatados. Su mirada lo dice todo: ha sufrido, sí, pero aún confía. Aún ama.

Ahora está en el refugio junto a tres de sus pequeños: Martín, Madox y Merlín. Son apenas unos bebés de 4 meses, dulces, juguetones, inocentes… y ninguno debería estar tras los barrotes de un chenil. Su hermanita Mía, por suerte, fue encontrada antes y ahora está a salvo en acogida. Pero el resto de la familia sigue esperando.

Mara lo ha dado todo por ellos. Ahora es nuestro turno de darles una segunda oportunidad. Necesitan hogares donde puedan crecer con dignidad, cariño y calor. Donde Mara pueda dejar de ser solo una madre luchadora y empezar a ser también una perrita querida, tranquila y feliz.