Levis llegó a nosotros hace 3 años. Negro, mestizo de bóxer y con leishmania… todos esos ingredientes que, injustamente, lo convirtieron en uno de esos perros “invisibles” que pocos miran. Aun así, él nunca dejó de esperar a que alguién se fijara en él.

Tiempo después, Levis fue adoptado y creímos que por fin tenía el final feliz que tanto merecía, pero la vida a veces da giros inesperados, y hoy ha vuelto al refugio.

Es un perro cariñoso y con un corazón enorme, pero también tiene inseguridades que requieren paciencia, trabajo y una familia con algo de experiencia. Idealmente necesita un hogar donde sea la única mascota, no vamos a rendirnos con él. Sabemos que ahí fuera existe un hogar dispuesto a apostar de verdad.

Levis merece estabilidad, cariño y una oportunidad sincera, alguien que lo quiera con sus virtudes y sus miedos.
Si crees que puedes ser su persona, contáctanos. Él está esperando, sin perder la esperanza.