Este guapetón de la foto es CAPATAZ, un perrito de agua rescatado recientemente de una zona rural, donde vagaba solo, entre polvo y calor. No sabemos exactamente cómo fue su pasado… pero su cuerpo delgadito y su mirada profunda nos cuentan historias de lucha, de abandono y, sin embargo, también de esperanza.

Capataz es de tamaño mediano, y a pesar de todo lo que ha podido vivir, es un perro increíblemente bueno, cariñoso y agradecido. Basta una caricia para que mueva la cola con alegría, y una palabra amable para que te regale una mirada llena de amor. Tiene una energía noble y serena, y lo único que desea es compartir su tiempo con alguien que lo cuide como siempre debió haber sido.

Se lleva muy bien con las personas, camina con correa sin problema y está empezando a redescubrir lo bonito que es sentirse seguro y querido. Cada paseo, cada comida, cada momento de compañía… para él es un regalo, y lo vive con una dulzura que emociona.

Capataz merece un hogar donde por fin pueda descansar tranquilo, sin miedo, sin hambre y sin soledad. Un hogar donde lo vean no por lo que ha vivido, sino por todo lo que tiene por dar: amor incondicional, lealtad y una ternura infinita.

¿Le das a Capataz la oportunidad de ser feliz?