ATÚN fue recogido junto con su hermanita Anchoa con apenas mes y medio de vida y menos de 1 kg de peso... y ya saben lo que es el abandono.

Fueron encontrados en un campo de algodones junto al refugio, desnutridos, con heridas y completamente en los huesos. Nos costó muchísimo encontrarlos: eran tan pequeños que se perdían entre la maleza.

A pesar de todo el dolor que han vivido, Atún y Anchoa son dulces, valientes y tienen unas ganas enormes de vivir. Son apenas unos cachorros que merecen conocer el amor de una familia de verdad, una que les dé todo lo que les ha faltado: cariño, cuidado y protección.

Ayúdanos a cambiarles la vida. Adopta, comparte, difunde. Ellos no tienen voz, pero tú sí puedes ser su esperanza.