En mitad de la noche, entre coches y sombras, apareció TITO, un pequeño bodeguero  al borde de ser atropellado, y no podíamos mirar hacia otro lado. Lo recogimos sin pensarlo… y desde entonces su historia cambió.

La vida no ha sido fácil para él. Tito llegó con sus uñitas tan largas que se le clavaban, con heridas en su cuerpecito y mucho miedo. Pero a pesar de todo, es un perrito noble y lleno de amor.

Como buen bodeguero, Tito es inteligente, leal, alegre y curioso. Poco a poco, va descubriendo que las caricias no duelen, que el alimento llega cada día y que dormir arropado es posible. Aún le cuesta confiar del todo, pero su colita empieza a moverse con esos primeros destellos de esperanza.

Tito merece un hogar donde por fin se sienta seguro, donde pueda correr sin miedo, disfrutar de los paseos, y dormirse tranquilo sabiendo que nunca volverá a estar solo.

Si puedes abrirle la puerta de tu casa —y de tu corazón—, Tito te regalará una vida entera de gratitud y amor sincero. Dale a Tito la segunda oportunidad que tanto merece.